Título: De la esclavitud a la muerte en el mar.
Texto: Éxodo 3: 7-9
Oyente: Jóvenes
Objetivo: Identificar nuestro Egipto, es decir, el punto de nuestra esclavitud para lograr tres cosas: Contar nuestro testimonio glorificando a Cristo al sacarnos de nuestro Egipto, entender que lo que fuimos siempre estará presente no para torturarnos sino para darle la gloria a Cristo y para entender que Él nunca nos dejara solos aunque este nos persiga, pero SEGUIR LUCHANDO SIN DETENERSE.
Introducción: En la Biblia se narra la historia del pueblo de Israel al salir de Egipto y como Dios se glorifica en este tiempo de angustia extrema, entre ser perseguidos y encontrarse ante el mar, es decir encontrarse ante un “callejón sin salida” entre el pasado y la inseguridad del futuro y no ver salida entre la esclavitud a la muerte, veces consideramos mejor morir que seguir pecando, o mejor desistir en vez de seguir luchando en contra de nuestro Egipto…
O.T.: …pero antes que tomes una decisión la Biblia nos muestra lo que Israel aprendió de Dios en medio de su salida angustiosa, veamos:
- Tu Egipto puede ser: Tu pecado, una situación familiar inestable, una mala relación que terminó en tragedia, una violación, una mala relación con tus padres o un divorcio.
- Tengo una noticia para ti: Debes identificar tu Egipto, buscar ayuda y en su momento hablar de tu Egipto cuando ya hallas salido.
(Éxodo 13: 21-22)
- La nube de frescura en el día y la columna de fuego de calidez de la noche.
- De día o de noche, cuando todo va bien o cuando todo va mal DIOS ESTA AHÍ, ¡EL NUNCA SE VA!
- No hay nada que te pueda separar del amor de Dios.
- No hay pecado, esclavitud o circunstancia que haga que Dios no nos ame. (Romanos 8:37-39)
- Dios se mueve en medio de tu desierto y de tu mar rojo y permite que estemos en esa situación.
(Éxodo 14:5-8)
- Los egipcios perseguían a Israel como a veces nosotros sentimos que nuestro pecado nos persigue.
- El Mar representa ese obstáculo que no podemos vencer, ese “TOPE” que tu Egipto te recuerda que no puedes vencer. A veces es necesario el quebrantamiento.
- Este es el momento de frustración donde reclamamos y hacemos las siguientes afirmaciones (Éxodo 14:10):
- ¿Por qué gastas el tiempo en mi Dios si seguiré pecando o simplemente no tengo ganas de luchar?
- ¡Mejor llévame! Así no seguiré pecando…
- Mejor me retiro porque prefiero vivir de esclavo y no de falso e hipócrita.
- ¡Me da vergüenza fallaré! ¡No sé ni siquiera que hago aquí y déjame!
- ¿Por qué me traes aquí? ¿Porque permites esta situación tan difícil?
- ¿Acaso no ves el peligro, no se supone que me ayudarías?
- La mano de Dios está con nosotros, ¡No dejes de pelear!
- Dios dice: (Éxodo 14:21)
- Si tú no te rindes Dios seguirá peleando tu batalla. (Éxodo 14:24-25)
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