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Tema: La falsedad de los fariseos ante el evangelio de Cristo

Título: ¿Falso (Hipócrita) o autentico? Texto: Mateo (Mt. 6:1-2, 5 y 16) Propósito: Identificar la falsedad que manejamos como creyentes en determinada área y entregarla delante de Dios para evitarnos las frustraciones como creyentes servidores de Cristo. Introducción: ¿Te has cansado alguna vez de servir? ¿Has sentido que te ignoran y que aun cuando te esfuerzas para que se enteren cuán importantes son tus labores nada sucede? ¿Estas frustrado de la insensibilidad hacia tu persona cuando se trata de reconocer el crédito real en las cosas de la iglesia? ¿Alguna vez has dicho: “no valoran lo que hago”? Voy a servir a Dios y no voy a escuchar a nadie. o.t.: Si respondiste “si” de manera concienzuda eso implica que la mayoría de tu tiempo has sido un servidor con complejo de “fariseo” (hipócrita), veamos porque:       I.         1)    Los falsos (hipócritas) tienen un problema de autoestima. (Mt. 6:2, 5 y 16) A.    Necesidad de atención. 1.     Dirigir toda
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Una generación que vence la tentación

1 Corintios 10:13 Ustedes no han sufrido ninguna tentación que no sea común al género humano. Pero Dios es fiel, y no permitirá que ustedes sean tentados más allá de lo que puedan aguantar. Más bien, cuando llegue la tentación, él les dará también una salida a fin de que puedan resistir .  Introducción : Vivimos en un mundo perdido que llama a lo bueno malo y a lo malo llama bueno. Es una lástima pero es la cruda realidad. Al estar rodeados de semejantes circunstancias se nos presentan grandes retos, estos son: 1) Resistir a los embates del mundo; 2) Mantenernos puros en medio de tanta inmundicia; 3) Obedecer la palabra de Dios; y 4) Ser testigos de Cristo. Para lograr esto debemos recordar constantemente la palabra de Dios que nos dice: 1 5 No amen al mundo ni nada de lo que hay en él. Si alguien ama al mundo, no tiene el amor del Padre. 16 Porque nada de lo que hay en el mundo los malos deseos del cuerpo, la codicia de los ojos y la arrogancia de la vida proviene del Padr

Tema: Las etapas de la obra del Espíritu Santo y las condiciones para que este trabaje.

Texto:  Juan 16:7      Propósito:  Entender que El Espíritu Santo no puede trabajar si no hay humildad y que de manera progresiva Dios concede ciertas situaciones con propósito para que cada uno de nosotros se doblegue a su obra regenerativa.   Introducción:  Al principio de la humanidad el humano fue degenerado, es decir  que sin Cristo somos unos “degenerados”  el plan perfecto de Dios para el hombre fue degenerado, la intención de Dios nunca fue que el hombre se matara se destruyese o perturbara su sexualidad , por esa razón Jesucristo vino  a redimirnos y dejo a su Espíritu para “Regenerarnos”. Platos Cayendo.  Cristo nos redimió y completa la obra en nosotros por medio del Espíritu santo, regenerémonos, pero entendamos que hay un proceso para ser regenerados.     O.T.:  veamos cual es el proceso de la regeneración:   1) El Espíritu Santo necesita  “convencimiento”  de pecado. Juan 16:7   La manera en la que nos convenc e es tocando nuestra

Tema: La santidad requisito indispensable para recibir la presencia de Dios.

Título :  De mendigo a príncipe por su presencia   Texto:  Génesis 28:12-22   Objetivo:  Crear conciencia acerca de la necesidad de la presencia de Dios y de la santidad para entrar a esta, también entender que no tenemos por qué negociar con Dios algo que es gratis, nuestro pecado no puede quitarnos el regalo de ser casa de Dios (Templo y Morada del ES) y Puerta del Cielo (Portadores de sus dones), sin embargo tenemos que entender que para que Dios se mueva en nosotros tenemos que aprender a caminar en su “Gracia” no en su  “ misericordia. ”    Introducción:  A lo largo de su vida Jacob pensó en q ue podría adquirir  los bienes espirituales y materiales de su papa Isaac sin ningún compromiso, mas no tenía en cuenta que debía que cambiar profundamente, sin embargo Dios nunca le negó las bendiciones por amor a su abuelo Abraham, hasta el momento en que se da cuenta que debe cambiar para caminar en la “gracia” y no solo en la “misericordia”, aprender que la santida